La lucha por un ambiente mejor no puede ser separada de la lucha por una sociedad mejor (GUILLERMO FOLADORI)

domingo, 14 de septiembre de 2014

La Geopolítica Petrolera China en Ecuador y el Área Andina[1]





Omar Bonilla Martínez
Quito, diciembre de 2013

Introducción

El presente documento aborda la dependencia petrolera de China y sus efectos sobre el área andina. Partiré de la hipótesis de que uno de los limites objetivos del desarrollo chino se encuentra justamente en su dependencia al petróleo y, por tanto, impera la necesidad de acceder a estos recursos, lo que ha causado cambios en la economía y la sociedad ecuatoriana, particularmente en lo dependiente al petróleo.
Para poder comprender como se genera esta dialéctica, entre la dependencia a la compra de petróleo y la dependencia ecuatoriana a la venta de petróleo, el documento se compone de tres partes: en la primera se revisa las características y condiciones del desarrollo chino; en la segunda parte se explica las características del desarrollo latinoamericano, especialmente del área andina y los límites de su desarrollo hasta el momento de la presente crisis de la hegemonía estadounidense;  y, finalmente, se trata el caso de Ecuador.
Coherente con el objeto de estudio pongo especial relevancia a las variables de trabajo, situación ambiental y economía, tanto al estudiar a China, como para el Ecuador.

El desarrollo chino

El potencial de la fuerza de trabajo china empieza por explicar las condiciones de su desarrollo, sumado a las condiciones materiales y ecológica del país. El disciplinamiento de la población y las formas de gestión del territorio natural han sido claves en este proceso.
La emergencia de China en el concierto internacional no es algo que pueda explicarse al margen de su larga historia, donde una de sus mayores ventajas comparativas ha sido el descomunal desarrollo de su fuerza de trabajo.
Los sistemas agrícolas chinos son de los más antiguos del planeta; en ellos  se puede ver cómo el uso del riego, el cultivo del arroz y la organización social fueron capaces de sostener a una población altamente calificada para la producción social. Las grandes obras de ingeniería posibilitaron a China cimentar  las bases de una pujante sociedad agrícola.
El imperio y la población chinos fueron capaces de cambiar de curso al Río Amarillo, para irrigar enormes campos de arrozales. Este tipo de obras se ha repetido en varias ocasiones, a través de los trasvases de sus principales ríos, logrando así, además de sostener a la creciente población, la integración de un territorio vasto y diverso para crear un Estado y un imperio bases de lo que conocemos ahora. Estos hechos posibilitaron en China varios adelantos civilizatorios, así como una economía que durante varios siglos fue la más importante en el mundo. Esto, sin embargo, no pudo ser sin un fuerte control de los campesinos y la fuerza de trabajo, relacionado a una burocracia férrea -en particular al ejército- y una cívica generalizada que podía sostenerla, como es el confucianismo.
Así fue que el manejo del agua permitió la irrigación de los arrozales, lo que permitió alimentar a la fuerza de trabajo, al tiempo que se la disciplinaba para que fuera capaz de crear inmensas obras de ingeniería. Tal fue el caso de la gran muralla China en cuya construcción murieron más de diez millones de personas.
Tras este tipo de obra existe una dialéctica entre control de la población y la presencia Estatal. Las mismas fueron posible gracias al Estado, pero al mismo tiempo cumplían funciones económicas y simbólicas que sostenían al mismo Estado.          
El pasado poderío chino entró en crisis cuando las potencias europeas, obligaron a que este imperio abriera sus fronteras, teniendo como episodio más dramático las Guerras del Opio, a mediados del siglo XIX, cuando Inglaterra forzó militarmente a China para que permitiera el consumo de esta droga  en su  interior, pero cuya comercialización era controlada por los ingleses. También se forzó el ingreso de materias primas, particularmente para textiles, y el uso de la fuerza de trabajo para las fábricas inglesas desplazadas a China. De esta manera Europa garantizaba un intercambio beneficioso a la vez que pasaba a ocupar territorialmente Hong Kong.
La intervención Europea y la invasión japonesa, durante la Segunda Guerra Mundial, que reclamaba el control de riquezas ambientales y sociales, causaron una crisis en el sistema de dominación tradicional. Las relaciones impuestas en China se volvieron asfixiantes para la mayor parte de campesinos y trabajadores, lo cual devino en varias revueltas (Wolf, 1999) que culminaron con la revolución encabezada por Mao Zedong, con el apoyo generalizado del campesinado.
No obstante, para la época de la revolución, la economía china estaba ya deteriorada por el saqueo colonial, por los costos de la Segunda Guerra Mundial, y por la misma guerra popular liderada por Mao Zedong.
Cabe destacar que la misma revolución volvía a disciplinar y preparar a la población para el trabajo agrícola e industrial. De hecho, entre las medidas tomadas tras el triunfo de la Revolución en 1950 destaca un proceso de industrialización, conocido como el Gran Salto Adelante, llevado desde finales de la década de 1950 e inicios de 1960.
Desde una perspectiva como la de Mao, absolutamente anticolonial pero al mismo tiempo admiradora de la industrialización europea, era necesario modernizar China a toda costa. Esto implicó cuotas de trabajo que ocasionaron hambrunas por el abandono de los campos y la muerte de millones de campesinos.
Una vez logradas las medidas de Mao, el país fue recuperando su poderío militar, desarrolló una industria pesada y logró poseer un Estado fuerte capaz de controlar a la población, de desplazar a las élites tradicionales, así como mantener a raya las potencias extrajeras, incluida la Unión Soviética.[2]
Con Richard Nixon, Estados Unidos y China lograron los primeros acercamientos y se fue forjando una China como socio estratégico de Estados Unidos. Se iba definiendo una potencia capitalista al interior de Asia, pero al mismo tiempo se convertía en una traba geopolítica para los Estados Unidos. China podría acceder al mercado estadounidense y paralelamente la burguesía estadounidense dispondría de una mano de obra barata, calificada y disciplinada.
Con Deng Ziao Ping, sucesor de Mao, se permitió la emergencia de una nueva burguesía auspiciada por el Partido Comunista, y se inició una reforma que privilegiaba las exportaciones, con una apertura ventajosa por parte de Estados Unidos. China se ha convertido en el taller del mundo gracias a la inversión extranjera. Sus exportaciones manufactureras que en 1980 equivalían al 50%, llegaron a ser el 95% en 2005 (Marie-Françoise Durand, et. al., 2008)
No obstante, el desarrollo chino también significó una serie de impactos sobre la fuerza de trabajo y la naturaleza. La industrialización causó hambrunas y destruyó buena parte de la agricultura tradicional para ser sustituida por hidroeléctricas y embalses, poniendo fin a varios de los sistemas productivos milenarios.
A la par de lo anterior, las jornadas laborales que se impusieron a los trabajadores fueron extremadamente fuertes y, pese al control que ejerce el Estado en prácticamente todos los ámbitos de la vida, la inconformidad social ha desatado una serie de protestas a lo largo del país en los últimos años. Se estaría rememorando, en el aparato burocrático y en las clases dominantes, un fantasma que siempre ha pesado sobre ellos: la rebelión de las clases oprimidas. 
La inmensa población china permitía millones de trabajadores en las maquiladoras y con jornadas extensas cobrando los salarios más bajos del mundo. Sin embargo eso se acabó tras la oleada de huelgas que vivió China en los últimos años (OIT, 2013).
Las huelgas y los suicidios de los trabajadores están provocando una reforma salarial. Las remuneraciones han aumentado de forma vertiginosa durante los últimos 5 años. De acuerdo a la OIT, el alza de salarios no tiene equivalente en ninguna parte del mundo (OIT, 2013). Un alza que ha causado la desaceleración de la economía (de un crecimiento del 12% anual bajó alrededor del 8%). Se dice que esta alza ha propiciado que muchas empresas migren a países como Vietnam o Bangladesh, sin embargo, de acuerdo al gobierno chino, permitirá crear un mercado interno y una industria de mayor calidad (Tom Orlik, 2013).
A pesar de este incremento salarial, los problemas en las zonas rurales chinas prosiguen, donde se espera que decenas de millones de campesinos emigren a las ciudades, para alimentar el Ejército Industrial de Reserva (Buck y Walker, 2010), fenómeno que puede ser comprendido como acumulación originaria.
Sin embargo, los problemas también son de índole ambiental, como la falta de agua pues, este país pese a la presencia del Himalaya, no posee grandes reservas de agua dulce, así como la deforestación, que ha acompañado al desarrollo capitalista chino.
Además de esto, la matriz energética china depende del carbón, fuente de energía más contaminante que el petróleo. A inicios del 2013 se pudo constatar el hecho inaudito de que la tercera parte de China estuviese bajo una nube de dióxido de carbono. Según la Organización Mundial de la Salud, nunca se había visto tal nivel de contaminación del aire. Según la OMS, desde el 2008 han muerto 500.000 personas por causa de la contaminación atmosférica, en su mayor parte por cáncer a las vías respiratorias (OMS en Lander 2013).
La contaminación del aire ha generado protestas inéditas en China, donde miles, y en ocasiones decenas de miles, de pobladores han manifestado su rechazo a las fábricas contaminantes, los incineradores de basura y sobre todo a la falta de políticas ambientales del Estado. La crisis ambiental, además de causar problemas socioambientales, ha provocado que varias industrias tengan que parar la producción durante los días de mayor contaminación.
Vemos entonces que el crecimiento económico de China ha sido frenado por los siguientes límites objetivos. El primero es la inconformidad por el modelo de sobrexplotación y despojo para la población, y las consecuentes protestas, los problemas derivados por la contaminación como la afectación a la salud, entre otros, y la carencia real de hidrocarburos y otros recursos estratégicos.
Si bien, los años recientes China mostró posibilidades de resolver temporalmente algunas de las condiciones sociales de la crisis, al menos las que tienen que ver con la sobrexplotación del trabajo,  restan las otras que no tienen visos de solución, al menos a mediano y largo plazo.

Geopolítica petrolera China

Una de las mejores maneras de comprender el rol que ha tomado China en cuanto potencia emergente, lo encontrarnos en sus estrategias de garantizar su acceso a recursos naturales. Esto pasa por estudiar su política de alianzas y disputas, con Europa o Estados Unidos, o los otros países que constituyen los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), tanto en su área de influencia geográfica directa como en los lugares remotos donde ha privilegiado su presencia como es África.
Durante la presente crisis (desde el 2008), el desarrollo económico chino prosigue, en términos absolutos, por lo que se podría predecir que puede ser la próxima hegemonía mundial[3], hacia la década del 2050. No obstante, hay algunos factores que resultan una limitación entre los cuales quizás el más importante sea el petróleo.
Gráfico 1: Importaciones de petróleo por país

 


Hace 25 años China era el principal exportador de petróleo de toda el Asia Oriental (Ricaurte y Brandom, 2012), hoy ocupa segundo lugar en importaciones, detrás de Estados Unidos. Si se suma al valor que muestra la gráfica, el de sus vecinos Japón, Corea del Sur, India, Singapur y Taiwan, esta región de Asia supera con mucho las necesidades de Estados Unidos. Esto evidencia una conflictiva disputa por los recursos energéticos.
El petróleo para China, quizás más que para otro país, es un recurso fundamental tanto para la producción de manufacturas, como para la construcción. La escasez de este recurso ya ha ocasionado apagones y paralizaciones de gigantescos complejos industriales, así como el encarecimiento de los productos chinos que con son cada vez más consumidos en el mundo entero.

En ese sentido, buena parte de su capacidad de negociación con los países de oriente medio o africanos, así como con los andinos, tiene como principal objetivo el abastecimiento de este recurso energético. Para ello el gigante asiático ha elaborado diversas estrategias que incluyen desde las compras convencionales de petróleo a un país sancionado por la ONU como Irán y en su momento Iraq, hasta la compra de yacimientos enteros en Sudan o, como en el caso ecuatoriano, la compra de crudo por adelantado. 
Gráfico 2: Crecimiento del consumo e importación de crudo por China

Para el acceso y control del recurso petrolero China ha creado tres gigantescas empresas transnacionales: la China National Offshore Oil Corporation (CNOOC), la China National Petroleum Corporation (CNPC) y SINOPEC.  A la par de que el Banco Nacional de China está logrando negociar préstamos y compras a los países objeto de inversiones, y que muchas veces no pueden o no desean acceder a los créditos del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional. Sin embargo, el control del recurso petrolero no es tarea fácil. La misma China  tiene conflictos por los yacimientos que se encuentran en sus mares, conflictividad agudizada por Estados Unidos para frenar la expansión china.
Gráfico 3: Yacimientos hidrocarburíferos de China
FUENTE: http://travelerparadise.blogspot.com/2011/12/philippines-warship-arrive-advanced.html#.UfrA8tJyFic ( página visitada el 1 de mayo de 2013) y retocada por Estefanía Mantilla para su mejor comprensión

China tiene conflictos con Vietnam y con India por los yacimientos en el Golfo de Tonkin, al igual que con Taiwan que se separó de China al final de la revolución y que se encuentra protegido por Estados Unidos. En ambos casos se ha privilegiado una salida diplomática a una confrontación. Por su parte, el conflicto entre las dos Coreas, supone para China la privación del acceso a una zona de yacimientos petroleros. Este y otros conflictos han resultado en una oportunidad para que Estados Unidos mantenga una fuerte presencia militar en los mares de la región.
Gráfico 4: Ductos y rutas del petróleo para China
FUENTE: http://travelerparadise.blogspot.com/2011/12/philippines-warship-arrive-advanced.html#.UfrA8tJyFic ( página visitada el 1 de mayo de 2013) y retocada por Estefanía Mantilla para su mejor comprensión
Como se puede ver en el mapa anterior, se han establecido varias rutas que permiten abastecer las zonas industriales de China; en algunas ocasiones son rutas marítimas y en otras a través a través de gigantescos ductos, entre los que destacan los de origen ruso que antes estaban dirigidos al abastecimiento de Europa. Así mismo China está, conjuntamente con Rusia, desarrollando una industria de barcos y una industria aeroespacial.
Rusia se ha convertido en un aliado clave para China. Este país ha logrado defender su soberanía, se ha modernizado y recobró sus recursos estratégicos energéticos otrora privatizados. De hecho la empresa estatal rusa Ronsfet se ha convertido en una de las más importantes del mundo y pieza clave en el abastecimiento a China. Dichos compromisos fueron garantizados recientemente con un acuerdo donde se estima que China comprará por 270.000 millones de dólares 365 millones de toneladas de crudo ruso, logrando así lo que posiblemente sea el acuerdo de comercio de petróleo más grande de la historia (Diario el Clarín. 22 de junio de 2013).
En Rusia, Putin logró imponer un modelo de desarrollo guiado por un estado autoritario, similar al de China.
Respecto a las relaciones comerciales entre China y América Latina, algunos hechos llaman la atención. Las exportaciones chinas a la subregión americana son 20 veces menores que a Estados Unidos o que a Europa (18,3 millones de dólares en 2007). De igual forma, China importa más de América del Sur que de Europa o Estados Unidos (101 millones de dólares) (Ver: http://comtrade.un.org/ Página visitada el 1 de febrero de 2013).

América Latina y la dependencia

En este apartado pretendo mostrar las condiciones de dependencia latinoamericana y la manera en que este continente fue presionado y obligado a exportar recursos naturales a bajo costo.
América Latina tiene una "maldición" que no ha podido abandonar hasta el momento, es su condición de continente vendedor de materias primas frecuentemente infravaloradas, donde la mayor potencia mundial, Estados Unidos rige, política y económicamente, el destino de estos territorios. Sin embargo, en los últimos años parecen ocurrir cambios.
Varios países de América Latina se encuentran en un periodo donde han obtenido un mayor grado de soberanía, pues sus regímenes mantienen posturas políticas aparentemente autónomas -al menos frente a Estados Unidos- y, a la par, han diversificado mercados. De acuerdo a las estimaciones de la Comisión Económica para América Latina, entre el 2006 y el 2011, el crecimiento de las exportaciones a China se triplicó en la región, aunque las importaciones han crecido a un ritmo aún más alto (CEPAL, 2012).
Esta situación se debe analizar de cara a la crisis de Estados Unidos y, de igual modo, a lo ocurrido en el periodo de sustitución de importaciones, donde el desarrollo y la industrialización de ésta región se relacionó a la ruptura del control ejercido por el país del norte. Conviene recordar que la política de sustitución de importaciones tiene dos momentos: desde la gran crisis hasta la Segunda Guerra Mundial y, el segundo periodo, tras la Segunda Guerra mundial que fue cuando apareció la CEPAL.
A lo largo de aquellos años se desarrollaron varios conceptos, útiles para explicar el subdesarrollo y la división internacional del trabajo. Se habló de intercambio desigual, del precio de las materias primas, del centro y la periferia. Dichas ideas, que de fondo manifestaban las formas en que la región era explotada y sometida a los Estados Unidos y otras potencias, comenzaron a guiar las políticas públicas. Para frenar esta tendencia autonomista, los Estados Unidos y los grupos oligarcas nacionales promovieron varios golpes de estado entre 1948 y 1952.
Sin embargo, junto con esta intervención se promovió también una palpable  industrialización, lo que permitió evitar una pugna con las élites locales del continente. No obstante, la industrialización durante este periodo no provocó cambios de fondo, pero si logró un cierto grado de desarrollo para el capital en estos países. De tal forma, en América Latina se podía disponer de una industria con posibilidades de producir refrigeradoras, cocinas o bien ensamblar automóviles, siempre y cuando esto no afectase los intereses de Estados Unidos.
Frente a esta situación, resultaron ser las clases subalternas las que abanderaron las medidas que debían ser implementadas por revoluciones burguesas. De este modo, hubo varios intentos de revoluciones que buscaban desarrollar la industria y la autonomía económica de la región. Este cisma se puede identificar con claridad a partir de 1959, año en que triunfa la Revolución Cubana.
Lo anterior devino a su vez en una segunda ola de represión que fue auspiciada, como ha sido probado en múltiples ocasiones, por Estados Unidos quien, en alianza con los militares y algunas élites locales -particularmente importadores y terratenientes- frenó este intento de autonomía y así consolidar su hegemonía en la región.[4]
Esta represión también deterioró los sindicatos, las federaciones de estudiantes, los partidos democráticos y tiró al suelo muchas de las conquistas sociales, obtenidas en los años anteriores, cimentando el camino al llamado neoliberalismo.
El neoliberalismo significó en América Latina un grave golpe al intento de desarrollo autónomo pues, a través de estas políticas, fue desmantelada la mayor parte de las industrias nacionales. Con esta destrucción se benefició Estados Unidos quien, para la época, ya no tenía un contrapeso hegemónico, pues la Unión Soviética había colapsado.
Empero, el neoliberalismo también encontró un límite debido a la inoperancia del modelo implementado. Entendido como la ausencia de un Estado que brinde condiciones óptimas para garantizar procesos de acumulación capitalista, una dependencia a la estabilidad económica  y política estadounidenses, a lo que se añaden las sublevaciones populares.
En la actualidad, ante la presente crisis estadounidense, su control político y económico de la región se encuentra temporalmente lesionado, en particular en el área sudamericana. Este hecho resulta evidente en incidentes como el caso Snowden, donde varios países sudamericanos, particularmente Ecuador, Venezuela, Bolivia y Argentina se alinearon con Rusia y China para defender al contratista informático que fue considerado enemigo de Estados Unidos. Sin embargo, pese a que la hegemonía estadounidense se encuentra debilitada, no ha perdido el control de la región, pues la mayor parte de los países prosiguen manteniendo negocios importantes y relaciones “cordiales” con Estados Unidos.
De hecho, con lo que podemos suponer una medida para frenar la expansión china, Estados Unidos creó el Transpacific Partnership para controlar la Cuenca del Pacífico. Además, esta estrategia intenta enlazar los acuerdos de libre comercio que mantiene Estados Unidos en América Latina[5], con los que tiene  con países como Vietnam, India y Japón (Storlyrarchuk y Svetlov, 2013).
El Transpacific Partnership ha privilegiado a los países asiáticos de segunda línea y podría lograr integrar a la mayor parte de países de la costa del pacífico de América con la excepción es Ecuador y Nicaragua.

Geopolítica petrolera china en la zona andina

En la actualidad, la región andina se  encuentra en tensión entre la influencia china y la estadounidense. En este contexto, en términos económicos generales países como Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia tienen un crecimiento importante.
En estos países, durante los 90, se expandió la petrolera brasileña Petrobras. Sin embargo, conforme se descubrieron los enormes yacimientos en aguas profundas de las costa de Brasil, esta empresa ha ido transfiriendo muchas de sus operaciones a empresas chinas (Iprofesional, 2013). Dicho traspaso tuvo como primer lugar el Ecuador. De hecho, los negocios entre Brasil y China, fueron favorables para ambos lados pues, a finales del 2013, las compañías chinas lograron tener contratos sobre el 40% de las operaciones a realizarse en los yacimientos de aguas profundas en Brasil, en un acuerdo sin precedentes que muchos criticaron como una forma de privatización del petróleo brasileño.
Algo similar ocurrió durante el 2012 también en Perú, en donde varios bloques controlados por las empresas brasileñas, pasaron a manos chinas, particularmente para exploración offshore y los de la frontera amazónica con Ecuador. Hasta que finalmente, en noviembre de 2013, la empresa Petrobras Perú fue adquirida por la empresa china CNPC a disgusto de las autoridades peruanas. En esta negociación se incluyeron campos que se encontraban en explotación o en consorcio con la empresa española REPSOL (Perú 21, 2013).  
En Colombia, con una historia petrolera más antigua que la peruana, actualmente la presencia china es marginal y se orienta particularmente a prestar servicios; sin embargo, si prosigue la tendencia de traspaso de acciones por parte de Petrobras esta tendencia se revertiría.
Bolivia busca también abrir la frontera petrolera en la amazonía. Las zonas donde hay inversión china, al igual que en Ecuador, son aquellas que ya tienen una historia de operación petrolera, habiendo asumido las compañías chinas pozos que en otro tiempo fueron considerados “en abandono”. Es posible que China extienda sus operaciones a la amazonía boliviana, conforme el gobierno logre avanzar a través de carreteras, como las que se busca imponer en el conflictivo TIPNIS.
Uno de los factores que ha permitido la expansión petrolera china -al menos para el caso de Ecuador es evidente- son los préstamos. Los bancos chinos dedicaron el 61% de los préstamos de la región a Ecuador y Venezuela. Esta es una cuota enorme si se considera que estos países constituyen solo con 8% de la población regional (Gallagher, Amos y Kolesky 2013).
Estos préstamos se dan en un contexto donde el papel del Banco Mundial y otras instituciones financieras ha decaído. Como se puede ver en el gráfico siguiente, para el periodo 2005-2010, los montos aportados por China han superado con creces a las contribuciones de otras instituciones crediticias[6].
Gráfico 5: Comparación de los préstamos chinos con los de bancos occidentales


Fuente: Gallagher, Amos y Kolesky 2013

Al margen de la discusión sobre las ventajas y desventajas de dichos préstamos, llama la atención el hecho de que en muchos casos, dichos préstamos son garantizados por petróleo.

Fuente: Gallagher, Amos y Kolesky 2013

Ecuador y la geopolítica petrolera de China

En esta tercera parte describiré las características que adquiere la presencia de las compañías chinas en Ecuador y de forma más localizada los lugares de operación petrolera. En ese aspecto, trazo a grandes rasgos la forma en que la economía ecuatoriana interactúa, se beneficia y se subordina a los intereses chinos y cómo operan estas compañías a nivel local, su política ambiental y su administración laboral.
La amazonía ecuatoriana representa una zona de importantes inversiones chinas para la construcción de represas hidroeléctricas, explotación de petróleo y de yacimientos mineros. Se puede pensar en un enclave del gigante asiático que ocupa poco menos de la tercera parte del territorio de Ecuador, y que se extendería también a gran parte de la amazonía peruana. En el caso ecuatoriano estas incursiones son una novedad que no lleva más de 5 años. Las condiciones para este acaparamiento territorial se deben buscar en la crisis que supuso el modelo neoliberal.
Los préstamos
Los préstamos otorgados por el FMI y el Banco Mundial a Ecuador facilitaron que Estados Unidos tuviera injerencia a nivel nacional, pues los gobiernos subordinaban la política social y económica al país al cumplimiento de las condiciones de dichos préstamos. En ocasiones hubo gobiernos que renunciaron a planificar el presupuesto para gasto social por asumir los lineamientos de estas instituciones. De este modo la economía del país tenía poca autonomía y, por tanto, dependía básicamente de la exportación de recursos petroleros.
Estados Unidos, a través de todos sus medios y a través del aparato estatal, servía a sus empresas y garantizaba el acceso a los yacimientos petrolíferos en Ecuador y el resto del mundo.
A diferencia de Estados Unidos y las instituciones de crédito tradicionales, si bien las compañías y los bancos pertenecen al estado chino, la relación con los mismos está explícitamente mediada por el Estado, siendo la incidencia más obvia y directa. En segunda instancia, la política exterior petrolera de China hace mucho menos reparos al tipo de gobierno a la hora de hacer negocios. Lo único que interesa y se prioriza es el acceso a los yacimientos petroleros y que los costos sean menores para el Estado chino.
De acuerdo a cifras oficiales, la deuda del Ecuador con China ascendería a más de 10.000 millones. Mucha de esta deuda forma parte de parte de "operaciones comerciales" con PetroEcuador. La garantía del pago sería el petróleo.
Las conflictos sociales, laborales y ambientales en la amazonía ecuatoriana por las petroleras chinas
La historia de las relaciones comerciales y económicas entre Ecuador y China es reciente. Aún cuando hay un tratado de comercio firmado en 1975, solo cinco años después arrancaron las relaciones diplomáticas con la apertura de sus embajadas.
El primer contrato petrolero del país con una empresa china fue en el año 2003 con CNPC, para el bloque 11. Dicho bloque había sido explorado sin encontrar resultados por parte de la empresa estadounidense Santa Fe, pasando posteriormente a manos de la compañía ecuatoriana Lumbaqui Oil. De acuerdo a Alexandra Almeida[7], hay dos hechos que sorprenden acerca del interés chino sobre este campo petrolero. El primero es que la prospección de CNPC se llevó a cabo sobre dos áreas de conservación, el Parque Sumaco y la Reserva Cayambe Coca fuera del área prevista; y el segundo hecho es que, pese al fracaso en la búsqueda de petróleo por parte de dos empresas anteriores, la CNPC insistió en apoderarse del campo sin encontrar petróleo pero permaneció operando en Ecuador. Durante su operación en el bloque 11, según Acción Ecológica, la empresa CNPC provocó severos impactos ambientales y sociales.[8].

El consorcio chino pasó también a negociar los bloques 14 y 17 que tenía la empresa EnCana, por una cifra cercana a los 1.500 millones de dólares. Entre los activos a la venta se incluyó la participación de 36,3 por ciento que Encana poseía en el oleoducto OCP y una participación futura del 40 por ciento en el bloque 15 y en los campos Edén-Yuturi y Limoncocha donde operaba la empresa Occidental (China Daily, 2005). Simultáneamente, CNPC y Sinopec Corp-led adquirían 5 bloques petroleros con una extracción de 75,200 barriles por día y con unas reservas probadas de 143 millones de barriles, así como un porcentaje del 36% del OCP (China Daily, 2005).
A su vez, el 30 de mayo del 2006, durante el gobierno de Alfredo Palacio, se autorizó la transferencia de acciones y cambio de nombre de City-AEC Ecuador, del bloque conocido como Tarapoa, al consorcio Andes Petroleum, conformado por CNPC y SINOPEC International, el mismo que se hace cargo también de la Estación de Transferencia de Crudo (LTF), para convertirse en uno de los mayores inversionistas extranjeros en Ecuador.
Mientras tanto, un nuevo consorcio de empresas Chinas, PetrOriental S.A, iniciaba operaciones en las provincias de Orellana y Pastaza, con dos bloques dentro del Parque nacional Yasuní (Entrevista personal con Alexandra Almeida. Enero, 2013).
La explotación China en los campos mencionados, además de impactos sobre la naturaleza, ocasionó una fuerte conflictividad social, Alexandra Almeida rememora:

“En Tarapoa hubo un paro muy fuerte para evitar la perforación, de fondo es posible que quisieran negociar mejor pero la comunidad se movilizó; empiezan a haber conflictos muy serios con los chinos también en el bloque 14, la comunidad de Mawi 1 que pide un millón de dólares como indemnización a impactos ambientales. También hay en una comunidad llamada Rodrigo Borja donde hubo un paro por razones laborales, al parecer los canadienses les pagaban el doble, la gente de esta comunidad alega que los chinos les explotan, que les pagan poco; la versión de los chinos es que los ecuatorianos son vagos y que si fuera por ellos solo traerían chinos; la versión de la gente es que los chinos son desorganizados y los campamentos los tienen sucios”.
Frente a estos y otros conflictos las empresas tienen poca disposición hacia la negociación, una demostración de este hecho lo encontramos en una anécdota relatada por Alexandra Almeida: 
“Hay una anécdota que contaba un amigo. Parece que no cumplieron con los trabajadores de la comunidad. La gente secuestra 10 trabajadores chinos, se los cogen, esto fue en el bloque 7 en puerto Murialba, la gente se quedó con los chinos varios días y nadie fue a reclamar. Dicen que los jefes chinos les dijeron, si quieren quédense, traemos más de China allá hay millones. Me lo contó un medico amigo que trabajaba para Sinopec. Todas las medidas que las comunidades tienen para presionar no funcionan, ellos trabajan todo el tiempo con horarios muy intensos, con sus trabajadores que están en un régimen muy fuerte”.
Las empresas demuestran así poca disposición de lidiar con afectados o con los trabajadores. Esto rompe con una tendencia de las compañías que buscaban simpatía por parte de los grupos locales directamente afectados, si bien creando vínculos clientelares: con las empresas chinas hay menos disposición de cuidar su imagen y por tanto pasan por alto tener una adecuada política laboral y menos buenas relaciones con las comunidades locales.
 Otro conflicto que sigue vigente, es resultado del despido de varios trabajadores del Consorcio Andes Petroleum que operaban en el Bloque 14-17 Shiripuno a partir del 2007, cuando se prohibió la tercerización laboral. Los trabajadores demandan que los criterios que se eligieron para despedir fueron discriminatorios y no respondían a razones laborales, así mismo exigen el pago de las utilidades que no fueron entregadas por la empresa. El representante legal de los trabajadores afirma que la empresa prosigue manteniendo relaciones de tercerización: 
“Al sur de la parroquia Dayuma hay muchas empresas petroleras que son tercerizadoras, el Ministerio de relaciones Laborales de Orellana no ha hecho ninguna supervisión, la gente trabaja eventualmente y rompe con eso el código laboral. Los trabajadores nunca llegan a acceder a las copias de los contratos” (CV, mayo, 2013).    
A partir del testimonio de este trabajador se puede concluir que en Ecuador las empresas Chinas tienen una actuación que ha roto y que rompe con los derechos laborales, el entrevistado agregó que actualmente los trabajadores de estos bloques no reciben más que un uniforme y unos guantes para tareas en las que es necesaria la protección. De igual forma plantea que la empresa no les permite acceder a alimentos baratos, pues en la zona de trabajo los almuerzos cuestan más de 8 dólares mientras ellos ganan el salario mínimo.
Otro caso que amerita atención lo encontramos en el de los impactos que sufrió la comunidad Siekopai (anteriormente denominada Secoya), ubicada en el nuevo bloque 62. La empresa China Sinopec realizaba sísmica dentro de este territorio y una de las formas en las que procedió, fue instalar un campamento por donde pasaron alrededor de 500, trabajadores petroleros y que albergó a más de 150 de forma permanente, en el Centro Cultural Secoya, al interior de la comunidad de San Pablo que de acuerdo a los censos no habitan más de 650 personas. El hecho resulta inusitado puesto que la mayor parte de empresas tradicionalmente tienen prohibido, por sus propios reglamentos, la instalación de campamentos dentro de las comunidades.
Uno de líderes de la comunidad valora de este modo la presencia china: 
“Ahora la empresa china Andes Petroleum ha ampliado su bloque, el bloque Tarapoa, y el territorio Secoya ha pasado a ser parte de ese bloque que ahora se llama 62. Ya ha entrado digamos a trabajar, a operar, incluso a poner un campamento. Esto era el peor de los peores, los chinos han hecho lo que nunca ha hecho nadie; ni Petroamazonas ha hecho eso con los Secoyas; Ni la OXY” (Entrevista EP, mayo, 2013).
El comentario del líder antes citado explica los problemas sociales que causó la instalación del campamento; con la negociación de la instalación del campamento ya hubo rupturas del tejido colectivo.
“Porque realmente los líderes, dijimos que no se firmara la negociación, eso no era de firmar; sino que de repente un grupo de jóvenes internamente, dijo que ahora queremos trabajar y queremos el dinero. Como ya le dije, el cambio se radica ahora en la juventud. La juventud ya piensa una nueva manera, no piensa a largo plazo sino pan hoy y mañana hambre” (Entrevista EP, 05, 2013).

Además de la idea generalizada de estafa por parte de la empresa que se extendió entre los Siekopai, uno de los hechos que más impactaron a la comunidad es la presión sobre las mujeres: 

“Lo más grave es no haber respeto y también la debilidad de la nación, de los dirigentes de la nación Siekopai de haber permitido de que lleguen a la misma casa, y aún todavía que una muchacha de la nación Siekopai se fue con un trabajador de la compañía petrolera, dejando su marido joven, dejando un hijo, se largó con un petrolero y no fueron castigados. No castigaron a la empresa ni a la persona que llevó a una mujer Secoya. Imagínate. Nunca he visto cómo este atropello cultural, familiar, y destrozamiento dejan que lo hagan, afectado la familia totalmente” (Entrevista EP, 04, 2013).

Para enfrentar las denuncias presentadas, la Clínica Ambiental de Ecuador realizó una investigación multidisciplinaria de los impactos sicosociales, ocasionados por la empresa china. Entre las conclusiones que menciona el informe[9] de investigación sobresale:

La presencia de trabajadores de la empresa SINOPEC disparó el consumo de alcohol por parte de adolescentes, adultos y mujeres  en detrimento de las relaciones familiares y en el aumento de la violencia intrafamiliar con acusaciones de celos, de abandonos y de maltratos, con violencia física y psicológica. El tejido familiar, ya débil, sufrió de fragmentación, desconfianza e incremento del miedo. La empresa se limitó a expulsar a algunos de los trabajadores porque no rendían en sus trabajos, pero no se preocupó de cómo se vio afectada la comunidad y nunca aplicó por iniciativa propia correcciones a sus trabajadores. Siendo que China y Ecuador son países firmantes del convenio 169 de la OIT, es una grave irresponsabilidad de SINOPEC el manejo que realizó ante ésta nacionalidad indígena (Clínica Ambiental, 2013).
Cabe añadir que además del objetivo de obtener la mayor parte de concesiones petroleras y ahorrar los máximos costos posibles, las empresas de origen chino muestren poco respeto por lo colectivo, lo laboral y lo ambiental.
En resumen, de acuerdo a la página oficial, tenemos que “Andes Petroleum Ecuador Ltd. opera en el Bloque Tarapoa y en la Estación de Almacenamiento y Transferencia de Lago Agrio (Sucumbíos). PetroOriental S.A. opera en los bloques 14 y 17 (Orellana). Andes Petroleum Ecuador Ltd. y PetroOriental S.A. son empresas formadas con capitales provenientes de compañías estatales de República Popular China. Éstas son: China National Petroleum Corporation (CNPC) cuya participación en el accionariado es del 55% y el restante 45% esde China Petrochemical Corporation (SINOPEC)”. Además participa del 36.26% de las acciones del Oleoducto para Crudos Pesados (OCP).  
Para terminar, en noviembre de 2013, dentro de la XI Ronda de Licitaciones petroleras en el sur oriente del Ecuador, se presentó la empresa Compañía Nacional de Petróleos de China (CNPC), a través de la subsidiaria Andes Petroleum, para los bloques 79 y 83. Quedando así el mapa de la presencia petrolera china en el Ecuador. Tanto como operadores directos, como accionistas en el Ecuador o en otras partes del mundo.

Los intereses chinos por el Yasuní

El 18 de marzo de 2007, Sinopec, junto con Petrobras y ENAP de Chile, suscribieron un acuerdo de entendimiento con el gobierno ecuatoriano para la explotación del ITT (Ishpingo-Tambococha-Tiputini, con 1/5 de las reservas totales del Ecuador).[10] En el plan de operación, que había sido elaborado por Sinopec[11] en ocho cláusulas se estableció lo necesario “para el desarrollo y producción” de los campos del bloque ITT.
Frente a la disputa de las opciones Plan A (no extraer el petróleo del Yasuni-ITT) y el petrolero Plan B, lideradas por Alberto Acosta, Ministro de Energía de ese entonces y por Carlos Pareja Yanusselli, Gerente de Petroecuador, respectivamente, el Consejo de Administración de Petroecuador, encabezado por el Presidente de la República, acordó mantener las dos opciones vigentes. Sin embargo de que la opción del Plan A de no explotar fue declarada prioritaria, se decidió adelantar las condiciones para la explotación del Plan B. Se señaló que la opción del Plan A sería considerada siempre y cuando la comunidad internacional contribuya con al menos la mitad  de los recursos que se generarían por la explotación del petróleo del ITT.
EL boletín de prensa de aquella reunión del 1 de abril de 2007, señalaba que  la primera opción -la no explotación del campo- se basaba en los argumentos de:
-        No afectar un área de  extraordinaria biodiversidad y,
-        No poner en riesgo la existencia de varios pueblos Tagaeri y Taromenane en aislamiento voluntario

La existencia de estos dos pueblos que forman parte de la nacionalidad Wuaorani, ha estado marcada por relatos, pero también por incidentes violentos. La Constitución ecuatoriana de 2008 defiende los territorios de estos "pueblos en aislamiento voluntario" y asegura que la violación de sus derechos "constituirá delito de etnocidio", pero para varios sectores de la sociedad civil y política, las amenazas persisten.

Efectos de la nueva ocupación del espacio
En este escenario en disputa, la estrategia de las empresas chinas ha sido la de hacer adquisiciones de campos y operaciones en una lógica de ocupación de espacios y control de las reservas localizadas, fundamentalmente alrededor del Yasuní, pero que para ser explotadas requieren también de un control de reservas de crudo liviano, y de la ruta de acceso y transporte.
Estas estrategia, tienen un doble componente. Por una parte compra directa de acciones y, por otra, entrar a la disputa directa del campo vía negociaciones directas junto con otras empresas nacionales y mecanismos que han generado prebendas a las concesiones chinas.
A pesar de que la primera opción fue la no explotación del petróleo, la presencia constante de las empresas chinas en el Yasuní continuó. Esto fue patentemente visible con el cambio de límites del bloque 14, lo que le creó un corredor petrolero a la empresa, desde las zonas (campo Edén) de potencial almacenamiento del crudo hasta las puertas del Tiputini.
Las actividades petroleras producen impactos en todas sus fases. Desde la  misma presencia de los relacionadores comunitarios en sus etapas de negociación constituyen agentes de contaminación social y ambiental. Carreteras, trochas para sísmica, campamentos, son solo algunos de los problemas con los que tienen que lidiar los pueblos amazónicos.
Las actividades de exploración sísmica, por ejemplo, requieren una presencia intensiva y extensiva de trabajadores. Esta es una actividad en extremo ruidosa, pues se basa en el uso de explosivos, motores y motosierras para abrir trochas. El ruido aleja la fauna y crea contaminación e incomodidad en la zona. Tanto para el desarrollo del bloque 31, vecino al ITT, como para los bloques 14 y 17 se ha contratado sísmica complementaria. También, de darse la explotación del ITT habría que hacer nueva exploración sísmica 3D.
Debido al problema del ruido, entre otros factores, varias matanzas han sucedido. Los incidentes registrados por pueblos aislados revelan la presión que sufren sus territorios. Una matanza a Tagaeri ocurrió el 26 de mayo del 2003 se dio por influencia de personas vinculadas con empresas madereras/petroleras interesadas en obtener facilidades para garantizar su actividad económica en zonas intangibles (Chávez, 2003).
El 2 de marzo de 2008, el maderero Mariano Castellanos murió lanceado por  pueblos aislados que habitan la zona de Armadillo.
El 10 de agosto de 2009, en el sector de la pre-Cooperativa “Los Reyes” conformada por población colona, se produjo un evento que implicó la muerte de una mujer y sus dos hijos colonos. Estas muertes fueron atribuidas a los indígenas aislados pertenecientes al clan de Armadillo. Los  motivos por los que se produjeron las muertes, se presume fueron por el ruido molesto que generaba la planta eléctrica de la Plataforma Hormiguero Sur, perteneciente a la empresa PetrOriental operadora del Bloque 14.
El 5 de marzo del 2013 se produjo una nueva reacción de los pueblos Taromenane por la invasión de sus territorios. Según lo reportan los Waorani, los atacantes habían advertido su enojo porque había mucho ruido, cultivos desconocidos para ellos en el territorio, muchas personas ajenas, corte de árboles y construcción de plataforma petrolera, y deseaban que sus hermanos waorani paren esto. Al no poder hacer nada, los Taromenane atacan a una pareja de ancianos waorani, los asesinan con varias lanzas.  Como venganza, los waorani, atacaron a su vez asentamientos Taromenane asesinando al menos a 20 de ellos y secuestrando a dos niñas pequeñas.
También las carreteras son un problema, pues han invadido la selva. Tanto por la deforestación, como por la cada vez mayor presión en dirección al territorio de los pueblos en aislamiento voluntario.  La construcción  de carreteras supone una presencia intensiva de cuadrillas de trabajadores, pero también incentiva el tráfico de madera y especies silvestres. En la actualidad hay familias Waorani que ha pasado a vivir junto a la carretera que construyó la Maxus y ahora está en manos de Repsol. Este hecho ha causado más de un conflicto entre el pueblo Waorani y los clanes que están en aislamiento voluntario.
La conflictividad en la zona del Yasuní, no es un problema cultural. Es un conflicto generado por la presencia de empresas petroleras, y madereras. Es un problema del cual es Estado es directamente responsable pues no detiene la amenaza a los territorios de los pueblos indígenas que han habitado esa región desde hace milenios.

Conclusiones

La geopolítica petrolera China ha logrado a corto plazo disponer de recursos petroleros, usando estrategias diversas. Las empresas se han adecuado rápidamente al cambio político de la región Andina. Sin embargo, poco han hecho para respetar las normas nacionales e internacional en materia de derechos humanos.
En Ecuador, se puede concluir que las empresas chinas han contribuido notablemente a la expansión de la frontera extractiva, principalmente en el Yasuní, mostrando poco o nulo interés en las consecuencias que esto trae sobre los pueblos ocultos y para el medio ambiente. Se evidencia un escaso interés para mejorar las condiciones laborales y asumir responsabilidades con los trabajadores y ex trabajadores. Sin embargo, en todos los hechos antes descritos puede ser el Estado ecuatoriano corresponsabilizado. 

BIBLIOGRAFÍA

Noticias en medios:
Otras páginas  de internet consultadas:

Entrevistas
-        Alexandra Almeida, 01, 2013. Encargada del tema petrolero en Acción Ecológica.
-        CV, 08, 2013. Representante legal de los trabajadores en huelga
-        EP, 05, 2013. Líder histórico de la Nacionalidad Siekopai


BIBLIOGRAFÍA . 

[1]    La presente investigación fue realizada para la Red Oilwatch. Contó el asesoramiento de Andrés Barreda y los aportes cartográficos de Estefanía Mantilla.
[2]    El conflicto entre dos países, supuestamente socialistas, fue la oportunidad para que Estados Unidos asestara un golpe a la Unión Soviética, pero, al mismo tiempo, fue también decisivo para la emergencia de China en el mercado mundial.
[3]    Estados Unidos sigue poseyendo un crecimiento importante además de un poderío militar y condiciones geográficas privilegiadas.
[4]    Para el caso de la Argentina, resulta especialmente rico el trabajo de Juan Carlos Marín titulado “Los hechos armados y la acumulación primitiva de la violencia”. Este autor plantea la hipótesis, posteriormente confirmada, que la violencia permitió la desregulación del Estado y las medidas de corte keynesiano.
[5]    Según la CEPAL, los países o bloques comerciales de la región latinoamericana, hasta fines del 2012, habían firmado 39 acuerdos de libre comercio y 29 acuerdos de comercio preferencial. Ver: Dingemans, Alfonso y Ross, César. “Los acuerdos de libre comercio en América Latina desde 1990. Una evaluación de la diversificación de exportaciones”. CEPAL. Revista No. 108. Diciembre 2012. http://www.iadb.org/intal/intalcdi/PE/2013/10749.pdf
[6]    Según el mismo estudio de Gallaguer, et.al. el monto de préstamos de China a la región sumarían 85.804 millones de dólares entre el año 2005 y 2012. De esta cantidad, 59.000 millones fueron para operaciones petroleras.
[7]    Entrevista realizada en Acción Ecológica en Quito, enero de 2013.
[8]    ACCIÓN ECOLÓGICA. Atlas Amazónico. Quito, 2005. http://www.accionecologica.org/images/2005/petroleo/documentos/10-Atlas-BLOQUE%2011-CNPC.pdf
[9]    CLINICA AMBIENTAL. “Pueblos indígenas y petroleras. 3 Miradas”. Serie: Ciencia con conciencia No. 3. Quito, septiembre 2013.
[10]  Ver: PETROECUADOR. Resolución 25-DIR-2007-03-30. OPCIONES PARA EL CAMPO ITT
[11]  Sinopec. Plan de operaciones 2007.