Abrahan Cuellar Araujo
Se me subió
la sangre de los pies a la cabeza y sentí una sensación de rabia e impotencia
cuando leí la noticia, en Pagina 7, de que nueve mujeres Tacanas, dos de
ellas menores de edad, habían sido violadas brutalmente por sicarios
enviados por terratenientes en la comunidad de Retorno, el 19 de enero del
2013.
A principio
del mes de Febrero había denunciado este hecho a través de un artículo
titulado: Violencia en la Amazonía, una historia que se repite. En el
texto ya mencionaba los hechos de violencia ocurridos en la comunidad de
Retorno ubicada en el Municipio de San Lorenzo del Departamento de Pando, pero
no sabía la magnitud de lo ocurrido porque la fuente informativa, quizás por
miedo a represalia, no reveló toda la verdad.
Las
narraciones de las víctimas son escalofriantes, aterradoras y han quedado con
el terrible trauma de haber padecido la violencia criminal de una horda de
delincuentes.
La acción
delincuencial fue planificada cuando la mayoría de los hombres no se
encontraban en la comunidad porque realizaban otras tareas. Aproximadamente 60
delincuentes armados invadieron la comunidad y golpearon, maniataron a
amenazaron de muerte a los pocos hombres, niños y ancianos, para luego abusar,
ultrajar y violar a las mujeres. Posteriormente quemaron las casas y chozas; y
a golpes los obligaron abandonar la comunidad, caminar varias horas hasta
dejarlos maltrechos y malheridos a la orilla del río Beni.
Cuando las
autoridades comunales fueron a denunciar el hecho a la ciudad de Riberalta,
Municipio vecino del Beni a los organismos competentes como el Ministerio
Publico, la Policía, sistema Judicial fueron discriminados y no fueron
escuchados ni atendidos, deslindando competencia jurisdiccional. Inclusive los
medios de comunicación distorsionaron los hechos ocultando y falseando la
verdad. Al no recibir la asistencia humanitaria ni la protección
correspondiente quedaron en una total indefensión. Inclusive se han referido
que organismos como Derechos Humanos y la Defensoría del Pueblo de Riberalta
que conocieron el hecho no actuaron enérgicamente para denunciar públicamente y
a nivel nacional lo acontecido. Posteriormente se hizo la denuncia en el
Ministerio Publico de la ciudad de Cobija, del cual también se reclama la
lentitud del proceso judicial.
Es más, este
hecho pudo ser evitado en su momento, porque se denunció con anterioridad este
conflicto, pero las autoridades competentes no actuaron con oportunidad y
celeridad; no hicieron nada.
La influencia
del poder económico hizo que varias autoridades y algunos medios de
comunicación social encubrieran a los verdaderos mandantes de la
violencia criminal y la causa principal que es el acaparamiento o concentración
de tierras y territorios ancestrales, por parte de terratenientes
privados que se los denominan barraqueros en la región. El territorio
donde están asentados, desde hace varios años, los campesinos e
indígenas de las comunidades de Retorno, son bosques fiscales, que antiguamente
eran territorios indígenas donde recolectan castaña amazónica y que antes
del saneamiento de tierras eran latifundios que fueron abandonados por
barraqueros y que solo aparecen durante la zafra de la castaña.
Recién ahora,
después de seis meses el Misterio Publico envía una Comisión a Investigar
el hecho lo cual demuestra omisión, negligencia, burocracia, en dos palabras,
retardación total de la justicia que sufre el pueblo indígena Tacana de
Retorno; con la paradoja que, precisamente, se enarbola a los cuatro vientos el
proceso de cambio del Estado Plurinacional Indígena de Bolivia.
Nos duele en
lo más hondo de nuestra humanidad todo el sufrimiento, la tortura y la
humillación que tuvieron que padecer estas mujeres indígenas por parte de
bestias inhumanas que al parecer no nacieron de una mujer. Sabemos que nada de
lo que se haga podrá reparar o borrar el trauma psicológico, sin embargo,
nuestra sociedad no puede tolerar que esta violencia criminal siga
sucediendo. ¿Hasta cuándo el Estado y sus instituciones permitirán que la
violencia criminal y la horrenda barbarie sigan sucediendo con los
pueblos indígenas?
Esta
flagrante violación a los más elementales derechos humanos del pueblo indígena
Tacana del Retorno, no puede quedar en la impunidad, por eso exigimos que la
justicia encuentre y sancione a los culpables, autores intelectuales,
plenamente identificados, y a los autores materiales de esta barbarie cometida
en pleno siglo XXI
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